Los amigos de mís amigos...

La prensa española nunca dejará de sorprenderme.
El País, por ejemplo, siempre es muy preciso en denunciar la corrupción de la clase politica e imprenditorial italianas.

Por ejemplo en este artículo se relata la opacidad de los negocios de la constructora Impregilo, quien construyó el hospital de L'Aquila que ni siquiera tenía un cerficado de agibilidad y que se desplomó ruinosamente en ocasión del terremoto de abril.

También es verdad que Impregilo se ha visto envuelta en muchos escandalos, entre otros el de la basura en Napoles (Impregilo era la empresa encargada de retirar la basura en Napoles).

Creo que de periodistas muy atentos a la cuestión etica en ocasión de las fiestas de Berlusconi - y cuidado que no me cae nada bien Berlusconi - cabería esperar un poco más de profundidad también cuando las empresas españolas hacen negocio con entidades de comprobada mala reputación.

La verdad es diferente y en la noticia que Sacyr-Vallhermoso se ha adjudicado las obras de ampliación del canal de Panamá se menciona, o no, y solo de pasada, que la española lidera un consorcio participado por la "dudosa" Impregilo.

Considero que si Berlusconi es tan malo se deberían estigmatizar los que hagan negocio con los amigos de Berlusconi; si el entorno empresarial italiano es tan corrupto como cuenta El País a diario estaría bien levantar la duda sobre los que se alian con quien esté envuelto en tantos escandalos.