venerdì, settembre 02, 2005

La prevalencia del "chulo"

Ayer leí con verdadero placer el post sobre las sandalias - El diablo lleva sandalías - que JP publicó en su blog, me reservo comentar sus opiniones referentes al tema sandalias en otro momento, ya que veo que este sublime pensador, ademas de avivar el debate sobre el tema sandalias con su excelente aportación, desvela, puede que inconscientemente, otro tema muy importante: ¿quién es el culpable del bajo nivel moral de nuestra sociedad? ¿Quién es el verdadero culpable de nuestra poca evolución?

El que haya leído atentamente el artículo ya podrá intuir cuáles son las preguntas que voy a plantear.
¿No son las mujeres las principales responsables de la evolución de la humanidad?
Efectivamente, practicamente en todas las especies es la hembra la que elige el macho, eligiendo implícitamente los genes con que perpetuar la especie
¿No son las mujeres las responsables de criar los niños en los años cruciales de la primera infancia y que condicionarán toda su existencia?
Además nadie puede negar haber notado en los años de la adolescencia cómo las mujeres se sienten inexplicablemente atraídas por los "chulos" y los descarriados.

La primera consecuencia de esta observación empírica normalmente es el potenciamiento, debido a la necesidad de ligar, del nivel de chulería individual del hombre, y como consecuencia del nivel de chulería total presente en el entorno; de hecho, todos somos potencialmente "chulos" porque llevamos,aunque sea latente, en nuestro ADN el genoma del "chulo" que nos ha sido transferido por nuestras antepasadas que igual que nuestras contemporáneas eran atraídas por los "chulos".

Después de haber enunciado este principio, que podríamos denominar como el "principio de entropía de la chulería" podemos plantearnos mas cuestiones:

Si efectivamente las mujeres nos transmiten el gen de la chulería, no sabiendo resistir a la fascinación magnética del "chulo", ¿quiénes son las verdaderas responsables de las guerras, de la violencia callejera, de los ruidos insoportables y del mal gusto?
Deberíamos interrogarnos también acerca de por qué al final siempre son ellas las que se quejan de las molestias que resultan del genoma que nos han impuesto.

Pero sobretodo, deberíamos preguntarnos: ¿debemos preocuparnos los que vivimos en pareja?
De momento dejo estas reflexiones en las manos de otros pensadores que se sientan estimulados a opinar y comentarlas