lunedì, maggio 12, 2008

No es cinismo

Nunca me he manifestado a favor o en contra de algo, encuentro que manifestarse es algo inútil que tan solo consigue apaciguar la conciencia ilusionandose por haber hecho algo.
Supongo que, siendo nuestra moral la judaico cristiana, conseguimos realmente implicarnos en una justa causa sólo en presencia de un sentimiento de culpabilidad.

Miro con difidencia el compromiso de los que se implican en toda clase de justas causas y las campañas de sensibilización: muchas veces las campañas de sensibilización se fundan en poco más que leyendas urbanas y el hambre en el mundo sigue cobrando sus victimas a pesar de la respetable buena voluntad de mucha gente.
Hablo de hambre en el mundo como podría hablar de muchas más batallas, pero me limito al hambre en el mundo para que nadie se dé por aludido.
Hasta en el instituto nunca he conseguido involucrarme en los momentos de auto gestión que el sistema nos concedía y nunca he salido de una asamblea en que se discutieran problemas con la idea de haber conseguido algo.

Entiendo que mi postura a muchos les pueda parecer cínica pero estoy más que convencido que no lo es: el mundo mejora muy poco a poco pero constantemente y nunca, a pesar de que existan situaciones lamentables, globalmente hemos gozado de de una situación mejor: la renta procapita se incrementa continuamente, la esperanza de vida se alarga lentamente pero para todos.

En cualquier caso estoy convencido de que no nos he dado mejorar el mundo a nuestro antojo, por mucho que nos esforcemos, por mucho que invirtamos o intentemos sensibilizar a los demás los cambios seguirán su, lento, proceso natural.
Es prueba de ello que a pesar de lo que se invierte en la producción y promoción de desodorantes, que proporcionalmente a la gravedad del problema es mucho más de lo que se invierte para erradicar el hambre en el mundo, en el metro sigue habiendo gente que ya a primera hora de la mañana difunde un olor más propio de la edad media.