Me voy a hacer pintor

Dejo la afición a la música y me voy a hacer pintor.
Sí, porque ser un aficionado a la música es mucho más complicado que ser aficionado a otras actividades artísticas.
A nadie que se proclame pintor el tío que acaba de conocer le preguntará "La "Ultima cena" de Da Vinci la sabes pintar?".
Un pintor, aunque aficionado, que reinterprete una obra famosa nunca tendrá críticos tan despiadados como los que tiene un músico.

Es decir que nadie delante de la reinterpretación hecha por Picasso de "Las meninas" de Velazquez se fijará y dirá:
"Aquí Velazquez la hizo diferente"
Cierto es que esto pasa también con los músicos profesionales: el oyente es mucho más complaciente con los músicos profesionales que con los aficionados puesto que se les perdonan todas las covers, hasta las criminales, que realizan y como mucho el comentario más frío será:
"Me gustaba más el original".
Aquí está lo triste y complicado de ser músico: delante de las Meninas de Picasso nadie se atreve a decir "me gustaba más el original".

En defensa de los que seguirán con su afición y no me seguirán la corriente, haciéndose pintores a su vez, voy a dejarlo claro: una persona aficionada a la música no es un falsario.
Y ahora buena suerte a todos ya soy pintor.