lunedì, marzo 20, 2006

Politically Uncorrect

Llevo tiempo pensando que la peor herencia de los años 90 son: el pensamiento positivo y lo políticamente correcto.
El pensamiento positivo es aquel mecanismo perverso, muy parecido a la inconsciencia, que nos hace creer que "algo que va a pasar no pasará si lo deseamos con todas nuestras fuerzas": es muy importante, entre otras cosas, destacar que el aprendizaje del pensamiento positivo está principalmente basado en la literatura de auto ayuda.
La correccción política en cambio, como todos los "algo" políticos -familia, ideal...- representa por sí un timo.

Lo más políticamente correcto sería ser neutro, atención no neutral, neutro: es decir no tener ninguna idea personal puesto que, extremando el concepto, cualquier idea o acto puede, de una forma u otra, herir la sensibilidad ajena.
Ya que no puede existir la corrección política absoluta porque todos, o mejor dicho la mayoría, tenemos pensamientos y una forma de ser y, en consecuencia, debemos ser políticamente correctos,así que se vuelve algo polimorfo y eufemístico: siempre hay que adaptarse al contexto en el que nos encontramos.
Es curioso cómo nadie observa nunca que la corrección política lleva dentro la incorrección política: se puede manifestar una idea que esté, o tenga que estar aceptada, sin considerar que a lo mejor nuestro interlocutor opina de forma diferente.
Otra característica de la corrección política es que el primero que saca algún tema gana: los otros para ser políticamente correctos tendrán que callar independientemente de todo.

Las capacidades mentales de las masas se ven afectadas, ya no estamos acostumbrados a mantener diálogos: la gente a estas alturas ya se ha acostumbrado sólo a seguir la idea de la mayoría y a cambiar de opinión rápidamente para no parecer nunca políticamente incorrecta.

Nos hemos acostumbrado a esta especie de marketing personal que nos permite el acceso a la sociedad, pero hemos perdido la capacidad de pensar, de llamar obviedades a las obviedades y de valorar las ideas, las nuestras y las de los otros.
La lacra más grande en nuestra sociedad es ser considerados politically uncorrect: la sociedad nunca podría cambiar de su opinión sobre nosotros y nos veríamos confinados en un ostracismo moral indefinido.

Bueno, todo esto me ha convencido: voy a dejar de ser políticamente incorrecto; estaré de acuerdo con todo lo que hay que estar de acuerdo, escucharé atento y consciente todas las conversaciones en que nunca se proponen soluciones.
Nadie lo sabrá pero la colectividad se estará portando de forma políticamente incorrecta conmigo