Demasiado poca o demasiado

Hay un hecho incontable y es que en temas de informática no existen promedios: o no tenemos confianza o tenemos demasiado.

Por ejemplo ni siquiera yo, que trabajo de esto, tengo confianza en los ordenadores: no es algo declarado es más bien algo que se queda a un nivel latente, algo que alberga en el subconsciente.
De hecho, si verdaderamente tuviera confianza en los ordenadores, disponiéndome a una sesión de grabación de la guitarra en mi ordenador y al observar que de los altavoces no sale sonido alguno, antes de revisar todas las conexiones entre las varias targetas, pedalera multiefecto, el estado de las periféricas - y de sus relativos drivers - sería mejor revisar si he correctamente enchufado la guitarra eléctrica con el jack - obviamente había olvidado realizar esta banal pero del todo fundamental operación -.
Si realmente hubiera tenido confianza en los ordenadores, además sabiendo que la configuración hardware no había cambiado desde la ultima vez en que los delicados sonidos de mi guitarra habían salido de los altavoces del ordenador, antes de sospechar en un fallo informático hubiera contemplado el fallo humano.

Por otro lado hay gente que, puede que por ignorancia o ingenuidad, confía demasiado en los ordenadores: de lo contrario no sabría como definir el episodio, real, que voy a contar.
Una mañana de la semana pasada al llegar a trabajar descubrimos que alguien ha entrado a robar en la oficina.
En la oficina hay consultores informáticos de varias empresas, pero las victimas del robo pertenecen todas a una misma empresa: sus portátiles han desaparecido.
Entre las victimas los comentarios son de rabia y preocupación para el trabajo hecho que ha ido perdido porque todavía no habían hecho el back up.
Solo una usuaria se muestra muy positiva ante la situación, sus compañeros la envidian, se lo dicen abiertamente y ella contesta:
"Total estos hijos de puta no van a hacer nada con mi ordenador: para entrar hay que escribir una contraseña"